En esta tarde de verano tan calurosa, me dispongo a hidratarme con uno de mis blends favoritos, el Té Chai o lo que es lo mismo, una mezcla de té negro con especias.
Aunque tratándose de un té cálido por la combinación de especias, las más habituales (canela, cardamomo, clavo, jengibre, pimienta, anís), resulta una bebida muy reconfortante, digestiva y exquisita.
Es un buén té para tomarlo frío o incluso con mucho hielo, sin perder de esta manera la esencia y sabor que lo caracterizan.
Como lo he preparado es sencillo y de la manera que a mí más me gusta, ya que existen otras formas de hacer té frío que ya explicaré en otro artículo.
Con el hervidor que siempre me acompaña, que incorpora control de temperatura, es fácil y rápido.
Para 1,8 litros de agua mineral, a 95 grados C de temperatura, he añadido 9 medidas (2 gramos) del té Indian Market que compré en la tienda Tealosophy de Inés Bertón. Un mix con base de té negro Assam con canela, cardamomo, jengibre y pimienta. Lo he dejado en infusión durante 4 minutos y, posteriormente, lo he vertido colando las hebras sobre una jarra de casi 2 litros.
Para beberlo inmediatamente he añadido a mi vaso unos 4 o 5 hielos, el resto descansa en el frigorífico para seguir degustándolo en otro momento o incluso mañana.
La infusión resultante es de color cobrizo con mucho brillo, señal de buena calidad. Es un té con mucho cuerpo y de sabor intenso duradero y muy aromático, algo astringente, con clara presencia de las especias, destacando la canela y cardamomo.
Para acompañarlo me he animado a hacerlo con un maravilloso brownie que ha cocinado esta tarde una gran amiga. Delicia total para los sentidos. ¡Un maridaje perfecto!